Sonia Ruiz del Valle, Criminologa del https://laboratoriopericialforense.com/
En agosto de 2007, se produjo uno de los casos más mediáticos de Italia, Chiara Poggi, una joven de 26 años, fue hallada muerta en el interior de su domicilio en Garlasco, al norte de Italia.
Este crimen se produjo, a manos de su novio, Alberto Stasi, el cuál fue condenado en el año 2015 a 16 años de prisión.
A pesar de la sentencia, el caso nunca terminó de esclarecerse completamente: el móvil del crimen seguía siendo incierto, la escena presentaba inconsistencias, y se plantearon dudas sobre si Stasi fue realmente el autor o si se descartaron otras vías de investigación demasiado pronto.

Es por ello, que desde el 17 de junio de 2025, la policía italiana ha decidido reabrir la investigación al encontrarse nuevos indicios.
Concretamente, se ha localizado una huella de mano en la escena del crimen, por lo que esta se someterá a un análisis de huella dactilar la cuál cotejaran con Andrea Sempio, amigo del hermano de Chiara y sospechoso del crimen en la primera investigación. Además, se examinarán pruebas recogidas de objetos encontrados en la basura del domicilio, como una caja de galletas, envase de yogur y cintas adhesivas, las cuáles pasaron desapercibidas en la primera investigación.
Estas muestras serán comparadas con los perfiles genéticos de unas diez personas, incluidos Stasi, Sempio, familiares, amigos del hermano de la víctima y los carabineros que accedieron a la casa tras el crimen.
Sin embargo, haciendo hincapié al artículo de la semana pasada, lo más novedoso de la reapertura de este caso es que los agentes italianos trabajan con drones y escáneres láser en el domicilio donde fue hallada Chiara, con el objetivo de reconstruir la escena del crimen para generar modelos tridimensionales y analizar el recorrido de las manchas de sangre.
Pero, ¿qué está permitiendo averiguar el uso de drones?

A través del uso de esta nueva tecnología, se pretende construir virtualmente la escena del crimen, con escala métrica, donde se puedan simular movimientos, recrear líneas de visión, trayectoria de sangre (desde donde se produjo el impacto, qué ángulos tuvieron etc) o posicionamiento de la víctima.
Una vez obtenido el resultado, los agentes italianos pueden verificar si las posiciones o recorridos mencionados en los distintos testimonios eran posible o no en la práctica, en función del espacio real.
Es por ello, que los drones en este caso no se usan como herramienta de búsqueda, sino como instrumento de reconstrucción técnico-pericial, aportando exactitud, neutralidad y soporte gráfico a una escena antigua que vuelve a estar bajo análisis.