Sonia Ruiz del Valle, Criminologa del https://laboratoriopericialforense.com/

Gypsy Rose Blanchard vivió toda su infancia creyendo que estaba enferma: que no podía caminar, tenía leucemia, sus músculos no tenían fuerza y que sus episodios de epilepsia eran reales. A su lado siempre estaba su madre, Caluddine “Dee Dee” Blanchars, la cuál se mostraba como una madre y cuidadora ejemplar que enfrentaba las batallas que sufría su hija con un amor incondicional. Durante años, fueron la cara amable de muchas campañas solidarias, pero, en realidad todo era una mentira.

En el año 2015, los ciudadanos estadounidenses quedaron impactados al conocer la verdad sobre madre e hija: Gypsy no estaba enferma, y nunca lo había estado. Su madre había fingido e inducidos los síntomas médicos que padecía desde su infancia. Dee Dee obligaba a su hija a someterse a decenas de tratamientos innecesarios, le administraba medicamentos sin diagnóstico, le rasuraba la cabeza para aparentar quimioterapia y restringía su libertad física, económica, educativa y emocional.

Todo ello desembocó en el asesinato de Dee Dee por parte de su hija. Gypsy organizó el asesinato con la ayuda de su pareja. ¿La motivación? No lo hizo por odio, sino por un motivo más escalofriante: para poder vivir.

Este caso es uno de los más impactantes sobre el Síndrome de Münchhausen por poderes, trastorno que consiste en que una persona —habitualmente la madre— simula o induce enfermedades en otra, generalmente un hijo, para llamar la atención, sentirse necesitada o ejercer control. Sin embargo, también es un caso que ha llevado al límite a la ciencia de la victimología, ya que nos lleva a preguntarnos:

¿Puede una víctima convertirse en agresora sin dejar de ser víctima?
¿Dónde comienza la responsabilidad penal cuando toda una vida ha sido fabricada bajo el control absoluto de otro?

La victimología moderna ya no se limita a clasificar víctimas según su lesión o su papel procesal. Actualmente, analiza entornos de victimización prolongada, la psicodinámica del abuso oculto, la manipulación afectiva, la dependencia inducida y la respuesta violenta como mecanismo de escape, siendo Gypsy Rose un claro ejemplo de víctima de violencia médica, institucional, psicológica y simbólica.

En el Máster en Victimología en Delitos Violentos y su Intervención Multidiciplinar de EICYC, ayudamos a que futuros profesionales sea capaces de detectar estas realidades ocultas, así como que aprendan a intervenir, proteger, evaluar el daño y acompañar a las víctimas incluso cuando el sistema no las reconoce como tales.